La Paternidad Positiva es un forma de crianza de los hijos que se centra más en fomentar los comportamientos positivos de los hijos que en resaltar los negativos.
Esta forma de crianza se apoyó en las investigaciones de Gerald R. Paterson en 1982 (fundador del Centro de Aprendizaje Social de Oregón donde sigue investigando desde hace 40 años y estudiando los procesos que alteran el funcionamiento familiar y donde desarrolló la «teoría de la coerción») que concluían que la comunicación negativa entre padres e hijos basada en corregir, dirigir, reñir, gritar, enfadarse, recriminar, sermonear, llamar la atención, castigar, etc. ante los comportamientos desobedientes de los hijos paradógicamente consigue el efecto contrario al que se pretende y es que fomenta la desobediencia y el comportamiento negativo de los hijos, además de atentar contra la autoestima y contribuir a la falta de armonía en el hogar. De hecho, la principal causa de la desobediencia en casa es este tipo de comunicación que se emplea con más frecuencia de la que cabría desear.
La Paternidad Positiva brinda a las familias las habilidades que requieren para ayudar a sus hijos a desarrollarse como personas productivas, responsables y felices. Se trata de «entrenar a los padres» para que puedan manejar la conducta de sus hijos de una forma positiva, funcional y sin estrés.
La clave principal sería atender a los comportamientos positivos del niño con más frecuencia haciéndole sentir valioso y fomentando la cooperación a la vez que reducimos la frecuencia de comunicación negativa descrita más arriba y por otra parte ayudarle a ser autónomo para favorecer su desarrollo personal, todo ello con grandes dosis de amor y comprensión.
Los logros a conseguir aplicando las tácticas son
- Fortalecer la relación padre-hijo y hacer que la relación sea más cariñosa y afectuosa fomentando también su autoestima.
- Reducir el conflicto diario que tal vez impregna sus relaciones cotidianas.
- Aumentar la gama de conductas apropiadas y socialmente aceptables de su hijo, mientras que se reduce el de las inadecuadas.
- Preparar al niño para que se integre en la sociedad y fomentar su desarrollo personal. El afán de cooperación social y de receptividad a las normas y al juicio social son importantes para el ajuste en la vida adulta.
Las cosas que hay que hacer son
- Elogie a su hijo y dígale exactamente lo que le gusta de su comportamiento. “¡Me gusta cómo recogiste tus juguetes!”. Definiendo la conducta y elogiando también los esfuerzos y la intención de colaborar.
- Sea amable cuando quiera que haga algo pero firme, de manera que deje claro que no hay negociación. «Ha llegado la hora de apagar la tele, sé que quieres verla más rato pero dijimos de apagarla ahora».
- Ignore comportamientos negativos de menor importancia como los quejidos y los gritos o comportamientos que son propios de la edad y observe a su hijo para ver si tiene algún problema.
- Mantenga la calma ante los conflictos. No espere a que el niño se calme para calmarse usted. Cuando estamos airados o nerviosos somos menos capaces de tomar decisiones lógicas.
- Enseñarla a actuar según las consecuencias de su conducta y que sea él el que las verbalice. Si no quiere probar nuevos alimentos «¿qué hay que hacer para estar sano y fuerte?»
- Utilice el enfoque de “cuando-entonces”. “Cuando te pongas los zapatos, entonces podrás salir”. Mejor animando al buen comportamiento y de forma amable que con amenazas.
- Dígale a su hijo qué hacer, en vez de lo que no debe hacer. Dígale: “Por favor, camina”, en vez de “deja de correr”.
- Redirija a su hijo haciendo que otra cosa le parezca más interesante. En lugar de reñir ofrezca la oportunidad para tener un buen final.
- Fomente la participación en las tareas de la casa como poner la mesa, hacer la cama, cocinar, etc. para contribuir a la cooperación.
- Cosas que hay que evitar:
- Pegar o amenazar a su hijo. Estas cosas aumentan los la agresividad y otros comportamientos negativos.
- Levantar la voz y gritarle a su hijo. Reñir, recriminar, sermonear, corregir en exceso, dirigir, menospreciar.
- Las burlas y reírse de los comportamientos negativos de su hijo.
- Prestar atención a comportamientos negativos que buscan llamar la atención. Ponernos a su altura y responder a su conducta desafiante.
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