TDAH en la infancia

TDAH son las siglas del Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad. Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico ya que sus síntomas son la expresión final de alteraciones neurológicas. Afecta, según los estudios, entre un 5 y un 10% de la población infantil y persiste en el 70% de los casos en la edad adulta.

Los síntomas principales son conductas que denotan inatención, impulsividad e hiperactividad. Hay tres tipos de TDAH dependiendo de la sintomatología:

TDAH tipo inatento: Predominio de síntomas inatentos e incluso ausencia de síntomas impulsivos e hiperactivos.
TDAH tipo hiperactivo: Predominio de síntomas hiperactivos e impulsivos.
TDAH tipo combinado: Con presencia de los tres tipos de síntomas.

Un caso típico de TDAH tipo Hiperactivo sería el siguiente:

«L es un chico de 9 años que cursa 4º de Primaria. La madre ha solicitado la evaluación porque su rendimiento académico ha bajado mucho “no porque no sepa hacer las cosas sino porque va muy rápido y no se fija”. Comenta que los profesores le dicen que en clase no atiende a las explicaciones del profesor, no para quieto y que le gusta hacer “gracias y enredar”. La madre comenta que, “a medida que se va haciendo mayor es más difícil reconducir toda su energía; cada vez tiene más dificultades en el trabajo escolar (olvida deberes, no entrega trabajos) y en la relación con sus compañeros. Desde pequeño se ha mostrado como un niño muy movido. “Es un culo inquieto, que no para ni un momento, que se sube a las sillas o las mesas y no se da cuenta del peligro”, dice la madre”.

Sintomatología

Los síntomas principales, según el Manual Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría en su quinta edición (DSM-V) son:

Inatención

Falla en la atención de los pequeños detalles.
Tiene dificultad para mantener la atención en sus actividades.
Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
No sigue las instrucciones y no finaliza las tareas escolares (no por negativismo).
Tiene dificultad para organizar sus tareas.
Evita trabajos que requieran de esfuerzo sostenido (escolares o domésticos).
Pierde cosas necesarias para sus actividades.
Se distrae fácilmente delante de estímulos externos.
Es descuidado en las tareas diarias

Hiperactividad

Mueve con exceso manos o pies, o se retuerce en su asiento.
Deja su asiento cuando se espera que se mantenga sentado.
Corre en situaciones en que no es lo apropiado (en adolescentes, sentimiento subjectivo de inquietud).
Está habitualmente “ en marcha “ o suele actuar como si tuviera un motor.
Tiene dificultad para jugar tranquilo.
Habla en exceso.

Impulsividad

Responde de forma precipitada a las preguntas antes de que se acaben de plantear.
Tiene dificultad para esperar su turno.
Interrumpe o molesta con frecuencia a los demás.

Diagnóstico

Según las principales guías de práctica clínica el diagnóstico de TDAH hoy es exclusivamente clínico (mediante entrevistas y pase de pruebas psicológicas) y ha de estar sustentado por la presencia de los síntomas característicos del trastorno (impulsividad, inatención, hiperactividad) respaldado por una clara repercusión en el funcionamiento en los ámbitos personal, familiar, académico y/o social, y después de haber excluido otros trastornos o problemas que pueden estar justificando la sintomatología observada.

El diagnóstico se ha de hacer basándose en la información obtenida a través de la entrevista clínica del niño o adolescente, y de los padres. Es aconsejable valorar la información obtenida del ámbito escolar. Se administran pruebas psicológicas tanto al niño, como a los padres y profesores. En el niño se evalúa con pruebas psicodiagnósticas la inteligencia, la atención, la impulsividad, las funciones ejecutivas y la adaptación personal, escolar, social y familiar.

La inteligencia es un factor importante ya que muchos casos tienen Coeficiente Intelectual elevado haciendo más difícil su identificación en casa y el colegio y cursando Primaria con buenos resultados académicos. Cuando llegan a la ESO las demandas intelectuales, de atención y resolución de problemas aumentan poniéndose de manifiesto la sintomatología inatenta y de resolución de problemas y bajando considerablemente el rendimiento académico.

Tratamiento

El tratamiento es multimodal y comprende las siguientes intervenciones coordinadas:

Psicoeducación al niño, padres y profesores

Información sobre el trastorno, importancia de la dedicación de tiempo por parte de los padres, mostrar una actitud educativa desde la comprensión del TDAH y sus repercusiones en todas las áreas, importancia del afecto, fomentar la motivación y el sentimiento de competencia del niño, fomentar la aceptación del tdah.

Tratamiento Psicológico Cognitivo-Conductual

Entrenamiento a padres en técnicas de modificación de conducta (refuerzo, negociación, contratos conductuales), comunicación positiva, instauración de hábitos diarios de estudio y en casa, técnicas de autocontrol para el niño, técnicas cognitivas (autoinstrucciones, terapia cognitiva), manejo de las emociones, resolución de problemas, entrenamiento en habilidades sociales. Coordinación con el colegio para instauración de técnicas conductuales en el aula.

Tratamiento psicopedagógico

Técnicas de estudio, detección de problemas de lectura, cálculo, expresión escrita, fallos por falta de atención, impulsividad, no persistencia, derivados de dificultades en las funciones ejecutivas, de la atención e impulsividad.

Tratamiento psicofarmacológico

Si el caso lo requiere y recetado por el neurólogo.

El TDAH es un trastorno que afecta a diferentes áreas de la vida del niño y que requiere ser diagnosticado y tratado de forma temprana para reducir sus efectos a corto y largo plazo. El tratamiento multimodal tiene una alta efectividad demostrada. La implicación de la familia y el colegio son piezas clave para la instauración de las medidas terapéuticas que pueden ayudar al niño a comprender su sintomatología e implicarse en la mejora de sus habilidades para mantener su sintomatología lo más controlada posible.