La adolescencia es el paso previo a la vida adulta y un buen momento para aprender a tomar decisiones y fomentar el sentido de la responsabilidad.
El adolescente reclama independencia y autonomía y lo hace a través de conductas como llegar mas tarde a casa, quedar con los amigos, ir solo a los sitios, usar nuevas tecnologías o acostarse más tarde. Estas son algunas de las peticiones con las que nuestro hijo intentará salirse con la suya y su capacidad para pedir puede no tener límites.
Los padres, a menudo, no saben qué es lo adecuado y en algunos casos pueden ir en la dirección opuesta al adolescente en un afán por tener la situación bajo control o por temor a que se les vaya de las manos creando así conflictos en casa, pero normalmente una solución intermedia suele ser la clave para resolver el conflicto y la negociación es la vía más adecuada.
Mediante la negociación el adolescente participa en el establecimiento de normas mejorando así el cumplimiento de las mismas. Así mismo se fomenta la responsabilidad y la complicidad a la hora de asignar las consecuencias ante el cumplimiento o incumplimiento de la norma establecida.
Como paso previo a la negociación hay un factor muy importante, que debe ser una constante en nuestra relación con los hijos, independientemente de su edad, y sin el cual puede que la negociación no funcione y es que establezcamos una comunicación positiva basada en dar ánimos, alentar el buen comportamiento, elogiar, valorar, contarle cosas sobre nosotros, escuchar activamente. Pero a pesar de la buena comunicación los desencuentros y las diferentes opiniones van a estar presentes y la negociación es una excelente estrategia para llegar a acuerdos en cuanto a las normas en casa.
Pasos para negociar:
- Dejar que el adolescente exponga su opinión: de este modo le damos a entender que nos importa su punto de vista y que somos empáticos con él.
- Exponer nuestra opinión: para ello es conveniente haberlo pensado antes detenidamente y tenerlo claro de antemano para no cambiar sobre la marcha.
- Decirle al adolescente que proponga soluciones que sirvan para los dos: De esta forma le ayudamos a tomar decisiones, le damos protagonismo y le enseñamos a ser empático entendiendo también nuestro punto de vista.
- Apuntar todas las opciones de solución a modo de «lluvia de ideas» sin hacer juicios de valor sobre las mismas.
- Elegir conjuntamente la opción más adecuada para ambos y planificar la puesta en práctica para ver la viabilidad.
- Hacer seguimiento de la puesta en práctica y evaluar si ha sido adecuado para todos y satisfactorio reforzando al adolescente por haber sido capaz de negociar.
De este modo utilizamos la negociación como forma de establecer normas en casa de manera colaborativa y democrática fomentando la participación y el entendimiento en contraposición al establacimiento de normas de forma unilateral y con un cariz más impositivo que, debido a la rebeldía propia de esta etapa, puede crear conflictos en el hogar con más frecuencia.